Cuando recibimos una notificación de Hacienda con una liquidación tributaria que no compartimos, es normal sentirse abrumado e incluso injustamente tratado. La Administración tiene sus procedimientos y, a veces, estos pueden resultar en una decisión que afecta nuestro bolsillo. Sin embargo, no todo está perdido: el sistema jurídico español ofrece mecanismos para defender nuestros derechos. En este artículo, exploramos cómo puede un contribuyente impugnar una resolución tributaria si considera que la misma es incorrecta.
El primer paso es comprender exactamente qué hemos recibido. No es lo mismo una propuesta de liquidación, que aun permite alegaciones antes de convertirse en definitiva, que una liquidación firme. En la propuesta, hay un plazo para presentar alegaciones, que normalmente ronda los 10 días hábiles. Es fundamental atender estos plazos porque una vez pasados, nuestras opciones se reducen significativamente.
Si lo que se ha recibido es una liquidación definitiva, existen dos vías principales para impugnarla: los reclamaciones económico-administrativas y los recursos contencioso-administrativos. Veamos en qué consiste cada una:
Reclamaciones económico-administrativas:
Estas se presentan ante el Tribunal Económico-Administrativo correspondiente y son un mecanismo ágil que no requiere abogado ni procurador. Es una vía gratuita a la que cualquier contribuyente puede acudir.
Pasos a seguir:
- Redactar un escrito de reclamación donde se expongan detalladamente los motivos por los que considera que la liquidación no es correcta. Es conveniente aportar toda la documentación y pruebas que respalden su posición.
- Presentar la reclamación dentro del plazo, que por lo general es de un mes desde la notificación de la resolución que se quiere impugnar.
- Esperar la resolución del Tribunal, que puede tardar varios meses. Durante este tiempo, el procedimiento para la ejecución de la deuda se encuentra suspendido.
- Si la resolución no es favorable, se puede acudir al recurso contencioso-administrativo.
Recursos contencioso-administrativos:
Si la vía económico-administrativa no resuelve el caso a nuestro favor o preferimos ir directamente por la vía judicial, podemos presentar un recurso contencioso-administrativo.
Pasos a seguir:
- Dirigirse a la jurisdicción de lo contencioso-administrativo, proceso que requiere la representación de un abogado y un procurador.
- Interponer el recurso en el plazo de dos meses desde la notificación de la resolución definitiva de la vía económico-administrativa.
- Presentar una demanda donde se articulen las razones jurídicas de nuestro desacuerdo con la liquidación.
- Aportar toda la documentación y pruebas necesarias para sostener nuestro caso.
Durante este proceso, la ejecución de la deuda puede o no suspenderse, y tal suspensión puede estar condicionada a la prestación de garantías, como un aval o un depósito.
Consejo práctico:
- Asesorarse correctamente: pueden existir particularidades en cada caso que requieran conocimiento especializado, por lo que es recomendable consultar con un asesor fiscal o un abogado especializado en derecho tributario.
- Estar al día con las novedades normativas y jurisprudenciales: la legislación tributaria es compleja y cambia con cierta frecuencia. Manténgase informado para que sus argumentos sean actuales y relevantes.
- Organizar bien su documentación: desde facturas hasta comunicaciones con Hacienda, todo debe estar en orden para facilitar una revisión eficiente de su caso.
- No subestime el efecto de los plazos: en derecho administrativo, el cumplimiento de los plazos es esencial. Si perdemos la oportunidad de presentar una reclamación o recurso en tiempo y forma, podríamos perder también la posibilidad de revertir una situación desfavorable.
- Prevea la posibilidad de demoras: estos procesos pueden ser largos, por lo que es importante estar preparado para esperar y, si es necesario, para sostener económicamente esa espera.
Impugnar una liquidación tributaria es un derecho que tiene todo contribuyente en España. Hacerlo correctamente requiere de una buena preparación y, en ocasiones, del apoyo de un profesional. Recuerde que en la complejidad del derecho tributario, la información y el asesoramiento son claves para salvaguardar sus intereses.
En definitiva, nadie está exento de encontrarse con una notificación de la Agencia Tributaria que no comparte, pero sí se puede estar preparado para enfrentarla y ejercer el derecho a la defensa. Entender el proceso y los tiempos, contar con el apoyo adecuado y organizar eficazmente su documentación incrementarán significativamente sus probabilidades de éxito al impugnar una decisión tributaria.