Descripción del término jurídico Arbitrabilidad:
La arbitrabilidad se refiere a la posibilidad de someter una controversia o un conflicto a un proceso de arbitraje en lugar de acudir a los tribunales ordinarios de justicia. En el sistema jurídico español, no todos los asuntos pueden ser objeto de arbitraje; hay ciertas materias que son exclusivamente reservadas a los tribunales, y otras en las que las partes tienen libertad de elegir la vía del arbitraje.
Es importante tener en cuenta que el arbitraje es un mecanismo de resolución de conflictos alternativo al sistema judicial ordinario. A través del arbitraje, las partes en disputa confían la solución de sus diferencias a uno o más árbitros, cuya decisión, denominada laudo arbitral, es vinculante y tiene fuerza ejecutoria, similar a las sentencias judiciales.
La Ley de Arbitraje Española, que rige esta materia, establece en su Artículo 2 que son arbitrables aquellas controversias que versen sobre materias de libre disposición conforme a derecho. Esto generalmente incluye asuntos civiles y comerciales, como disputas contractuales, responsabilidad civil, y cuestiones relativas a la propiedad intelectual, entre otros. No son arbitrables las materias que afectan el orden público, el estado civil de las personas, ni aquellas que por disposición expresa de la ley requieren la intervención judicial.
La arbitrabilidad implica también que las partes tengan la capacidad jurídica para disponer de los derechos sobre los que versa la controversia. En otras palabras, para que un asunto sea arbitrable, las partes deben tener la facultad legal de llegar a acuerdos y transacciones sobre esos derechos, sin que existan limitaciones que lo impidan.
Además, el principio de autonomía de la voluntad es fundamental en la arbitrabilidad, pues es necesario que las partes hayan acordado expresamente someterse al arbitraje, ya sea a través de una cláusula arbitral incluida en un contrato o mediante la suscripción de un compromiso arbitral una vez surgida la disputa.
Contexto jurídico en el que puede utilizarse el término Arbitrabilidad:
Un ejemplo de un caso de arbitrabilidad se encuentra en las disputas comerciales internacionales. Supongamos que una empresa española, dedicada a la construcción de infraestructuras, y una compañía francesa, proveedora de materiales, firmaron un contrato que incluye una cláusula arbitral. El contrato establece que cualquier disputa resultante de la interpretación o ejecución del acuerdo será sometida a arbitraje en Madrid, bajo las reglas de la Cámara de Comercio Internacional. Cuando surgen discrepancias relacionadas con la calidad de los materiales suministrados, ambas empresas optan por resolver la cuestión mediante arbitraje, ya que el conflicto es sobre un asunto comercial de libre disposición y las partes así lo acordaron al firmar el contrato.
Otro escenario en el que se destaca la relevancia de la arbitrabilidad es el de los conflictos empresariales internos. Imaginemos un grupo de accionistas de una compañía tecnológica ubicada en España que está en desacuerdo con la gestión del consejo de administración. Si los estatutos de la empresa incorporan una cláusula que establece el arbitraje como mecanismo para resolver conflictos internos, los accionistas disconformes podrán solicitar que un tribunal arbitral examine la gestión del consejo y determine si se han cometido irregularidades. A su vez, esto solo es posible si el asunto no involucra cuestiones indisponibles como podrían ser las decisiones que afectan al interés público o el orden público empresarial.
El conocimiento y comprensión de la arbitrabilidad es fundamental para operadores jurídicos en España, ya que permite identificar aquellas situaciones en las que el arbitraje puede ser una alternativa eficaz y rápida para la resolución de conflictos. Su aplicación práctica, por tanto, es un recurso valioso que facilita la descongestión de los tribunales y promueve la autonomía de la voluntad de las partes en la gestión y solución de sus disputas.