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Aval

¿Qué es y qué significa?

Descripción del término jurídico Aval:

El aval es una garantía personal por la cual una persona, llamada avalista, se compromete a responder por las obligaciones de un deudor frente a un tercero, en el caso de que este no cumpla con sus compromisos. Es una figura jurídica muy utilizada en el ámbito del derecho mercantil, en especial en operaciones de crédito o emisión de títulos valores como letras de cambio, pagarés y cheques.

Esta figura está regulada por varias normativas, incluyendo el Código de Comercio y la Ley Cambiaria y del Cheque. La función principal del aval es proveer una mayor seguridad al acreedor, ya que le permite reclamar el pago de la deuda no solo al deudor principal sino también al avalista.

Existen diferentes tipos de aval en función del grado de responsabilidad que asume el avalista. El aval puede ser total o parcial, es decir, el avalista puede garantizar la totalidad de la deuda o solo una parte de ella. Además, el aval puede ser de «carácter solidario», lo que significa que el acreedor puede exigir el pago al avalista sin necesidad de agotar previamente las vías de cobro contra el deudor principal.

Para que sea válido, es esencial que el aval conste por escrito, y en el caso de títulos valores, debe ser inscrito en el propio título. La ley también exige que el aval exprese claramente la cuantía por la cual se está garantizando la obligación, o bien, que se indique que es por la totalidad de la misma.

En el ámbito práctico, la figura del aval es muy común en las operaciones de financiación y créditos bancarios. Los bancos suelen requerir un avalista que garantice el pago del préstamo, especialmente cuando el deudor no ofrece garantías suficientes de solvencia por sí mismo.

Contexto jurídico en el que puede utilizarse el término Aval:

Un ejemplo práctico del uso del aval se encuentra en las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que a menudo necesitan financiación para emprender proyectos o expandir sus operaciones. Imaginemos una PYME que solicita un préstamo a una entidad bancaria para la compra de nueva maquinaria. El banco, tras evaluar la solvencia y los riesgos del negocio, podría decidir que la operación es de alto riesgo y exigir una garantía adicional para conceder el préstamo. El propietario de la PYME entonces puede pedir a un socio o familiar que actúe como avalista. Este último firmará junto con la PYME el contrato de préstamo, comprometiéndose a pagar la deuda en caso de que la empresa no lo haga.

Otro contexto donde se utiliza frecuentemente es en la emisión de letras de cambio. Por ejemplo, una empresa que ha recibido un pedido importante de productos y necesita comprar materia prima para su fabricación, puede emitir una letra de cambio para pagar al proveedor. Si la empresa no es bien conocida o tiene un historial crediticio inestable, el proveedor puede exigir que un tercero solvente avale la letra. Así, un avalista firma la letra de cambio asegurando el pago de la misma, lo que le proporciona al proveedor una seguridad adicional de que recibirá el dinero acordado.

El aval es un instrumento de seguridad financiera de gran importancia en la práctica jurídica y comercial de España. Ofrece una protección esencial a los acreedores y fomenta la confianza en las transacciones comerciales y financieras, contribuyendo al buen funcionamiento del mercado y al desarrollo económico. La solidez de esta figura jurídica se refleja en su amplia regulación y uso, y representa una herramienta clave en la gestión de riesgos crediticios y financieros.

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