Descripción del término jurídico Mediador:
El concepto de mediador en el ámbito jurídico español se refiere a aquel profesional que, de manera neutral e imparcial, facilita la comunicación entre dos o más partes en conflicto con el fin de alcanzar un acuerdo mutuamente satisfactorio. La mediación es una herramienta de resolución de conflictos alternativa a la vía judicial que se ha desarrollado significativamente en España en las últimas décadas, especialmente desde la promulgación de la Ley 5/2012, de 6 de julio, sobre mediación en asuntos civiles y mercantiles.
El mediador debe poseer formación específica, además de habilidades de comunicación y negociación. Su rol principal no es el de decidir quién tiene razón o impartir justicia, sino el de favorecer el diálogo entre las partes para que estas puedan entender la posición del otro y llegar a acuerdos beneficiosos para todos los implicados. Este proceso se caracteriza por su voluntariedad, confidencialidad y flexibilidad, permitiendo a las partes controlar el resultado.
En España, la mediación puede aplicarse en diversos ámbitos como el familiar, civil, mercantil, laboral, penal y administrativo. Los mediadores pueden ser designados por las propias partes o por instituciones especializadas en mediación. Aunque su figura no es obligatoria en todos los procesos, existe un impulso desde la legislación y los tribunales para fomentar su uso como método de descongestionar los juzgados y tribunales y buscar una justicia más accesible y humana.
La mediación en España también está regulada por distintos códigos deontológicos que establecen las pautas de la actuación de los mediadores, reforzando la importancia de principios como la imparcialidad, la independencia y la competencia profesional.
Contexto jurídico en el que puede utilizarse el término Mediador:
Un ejemplo práctico de la función del mediador se observa en el ámbito familiar, en casos de divorcio o separación, donde las emociones y el desgaste emocional de las partes puede obstruir una negociación racional. Por ejemplo, en un caso donde los padres están enfrentados por la custodia de los hijos, la vivienda familiar y la pensión alimenticia, el mediador actuará como facilitador del diálogo, ayudando a que ambas partes expresen sus intereses y preocupaciones y explorando soluciones prácticas y satisfactorias sin tener que pasar por el desgaste que comúnmente implica un proceso judicial.
Otro contexto donde la mediación se aplica frecuentemente es en el ámbito mercantil, por ejemplo, en disputas entre socios de una empresa o entre empresas en conflictos por contratos comerciales. En dicho escenario, el mediador se reuniría con las partes implicadas y, mediante el empleo de técnicas de negociación y comunicación, buscaría que las partes encontraran una base común para salvaguardar sus intereses comerciales y alcanzar un acuerdo que evitara el recurso a la litigación, permitiendo así la continuidad de la relación comercial o la finalización amistosa de la misma.
La incorporación de la figura del mediador en el sistema legal español es un componente fundamental en la búsqueda de soluciones más eficaces, económicas y humanas a los conflictos jurídicos. Esta figura favorece un proceso de diálogo que puede evitar la sobrecarga de los tribunales y, simultáneamente, permitir a las partes involucradas alcanzar soluciones personalizadas a sus conflictos, respetando su autonomía y sus intereses particulares. Por lo tanto, la mediación y la figura del mediador tienen un papel crucial en la promoción de una cultura de paz y diálogo en la sociedad.