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Prelación

¿Qué es y qué significa?

Descripción del término jurídico Prelación:

La prelación de créditos es un principio jurídico que establece el orden en que deben ser satisfechas las deudas en el caso de que un deudor no cuente con suficientes recursos para hacer frente a todas sus obligaciones. Este sistema está regulado por el Código Civil y otras leyes especiales, y resulta esencial en procedimientos como los concursos de acreedores, donde diversos interesados pueden tener reclamaciones económicas sobre el patrimonio de una persona física o jurídica insolvente.

El principio de prelación determina la jerarquía de los créditos, es decir, cuáles deudas tienen preferencia en el momento de ser pagadas. Esta jerarquía se establece por ley, y suele dar prioridad a deudas públicas, como aquellas con la Hacienda Pública o la Seguridad Social, y a deudas garantizadas, por ejemplo, mediante hipotecas o pignoraciones. Luego, siguen los créditos no garantizados o quirografarios, que no gozan de una garantía especial para su cobro.

Así, se establecen diferentes clases de créditos: créditos privilegiados (con preferencia general o especial, dependiendo si afectan a todos los bienes del deudor o a un bien en particular), créditos subordinados (que se sitúan en una posición inferior y son los últimos en cobrar, como pueden ser los de socios por préstamos a la sociedad) y créditos ordinarios (que no disfrutan de ningún privilegio especial).

La prelación de créditos tiene un impacto significativo en la seguridad jurídica y el tráfico mercantil, ya que provee a los acreedores información clara sobre el riesgo asociado a cada tipo de crédito. De tal forma, influye en las decisiones de inversión y crédito y en la valoración de la solvencia de empresas y particulares.

Contexto jurídico en el que puede utilizarse el término Prelación:

Un ejemplo claro de prelación se encuentra en un procedimiento de ejecución hipotecaria. Supongamos que una entidad bancaria, tras el incumplimiento de un préstamo hipotecario, procede a ejecutar la garantía constituida sobre una vivienda. Dicha entidad tiene un crédito privilegiado con preferencia especial, esto es, el bien hipotecado se destinará en primer término a satisfacer la deuda con el banco. Si tras la venta de la vivienda hay un remanente, entrarán a cobrar, siguiendo el orden de prelación establecido por la ley, otros posibles acreedores conforme a sus respectivas categorías.

Otro ejemplo podría ser el de un concurso de acreedores en el que múltiples reclamaciones convergen sobre el mismo deudor insolvente. En este escenario, los créditos contra el patrimonio del deudor se satisfarán respetando la prelación establecida. Las deudas con la administración pública y las deudas laborales, como los salarios pendientes de pago, tendrán preferencia. Posteriormente, se atenderán las deudas garantizadas con hipotecas o pignoraciones sobre bienes concretos del deudor, y finalmente, si el patrimonio lo permite, se atenderán las deudas ordinarias y subordinadas.

La prelación es pues un elemento central en la rechtspraak de España, al proporcionar un marco legal para la resolución ordenada y equitativa de los créditos cuando un deudor entra en un proceso de insolvencia. Esta estructura contribuye a una distribución proporcional del patrimonio del deudor entre los diversos acreedores, y garantiza, en la medida de lo posible, el cumplimiento de las obligaciones financieras.

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