Descripción del término jurídico Préstamo:
El término jurídico «préstamo» se refiere a un contrato por el cual una de las partes, denominada prestamista, entrega a la otra parte, llamada prestatario, una cantidad de dinero o una cosa fungible, con la condición de que en un futuro el prestatario devuelva algo de la misma especie y calidad. En el caso de prestamos de dinero, suele pagarse adicionalmente un interés, lo que constituye el beneficio del prestamista por haber cedido temporalmente el uso del capital.
En el ordenamiento jurídico español, los préstamos están regulados principalmente por el Código Civil, en los artículos 1740 y siguientes. Este tipo de contrato puede ser gratuito, donde no se establece un beneficio económico para el prestamista, o puede ser oneroso, donde se establece el pago de intereses como contraprestación. Además, el contrato de préstamo puede ser tanto formal, exigiendo que se documente por escrito, como no formal, dependiendo de la cuantía y la naturaleza del mismo.
Es importante que ambos elementos, la entrega y la obligación de restituir, estén presentes, ya que de lo contrario podríamos estar ante un contrato diferente, como un contrato de depósito o de comodato si no hubiera obligación de devolver bienes de la misma especie y calidad.
El préstamo es un instrumento esencial en la vida económica del país, ya que permite la financiación de actividades empresariales y personales. Sin embargo, dada su importancia, también está sujeto a un régimen de protección de los consumidores, especialmente en lo relativo a préstamos al consumo y hipotecarios, donde la Ley establece un conjunto de obligaciones y derechos tanto para el prestamista como para el prestatario, como la información previa, las condiciones de contratación, el derecho de desistimiento y el régimen de sanciones en caso de incumplimiento.
Contexto jurídico en el que puede utilizarse el término Préstamo:
Un ejemplo claro de un préstamo es la hipoteca. Imaginemos que Juan desea comprar una vivienda, pero no dispone de la cantidad total requerida para su compra. Por ello, se dirige a una entidad bancaria y solicita un préstamo hipotecario. El banco, tras evaluar su solvencia, le concede un préstamo por el importe necesario para adquirir la vivienda, estableciendo como garantía del mismo la propia vivienda a través de un derecho real de hipoteca.
En este caso, Juan se convierte en prestatario y el banco en el prestamista. Juan se compromete a devolver la cantidad prestada en un plazo determinado, pagando periódicamente unas cuotas que incluyen capital e intereses. Si Juan no pudiese hacer frente a las cuotas, el banco podría iniciar un procedimiento de ejecución hipotecaria para recuperar el capital prestado mediante la venta de la vivienda hipotecada.
Otro ejemplo puede ser el préstamo personal. Supongamos que Ana necesita dinero para financiar su maestría. Acude a la entidad bancaria y obtiene un préstamo personal, sin más garantía que su palabra y su capacidad de devolución de la deuda, basada en su situación laboral y financiera.
Ana, como prestatario, se compromete a devolver el importe recibido junto con los intereses pactados en el contrato, en los plazos y las condiciones acordadas. La falta de cumplimiento de estos pagos podría llevar a un proceso de reclamación por parte del prestamista y posteriormente, si la deuda no es saldada, a un proceso de ejecución sobre los bienes de Ana.
El préstamo es una figura jurídica fundamental en nuestra sociedad, al ser un pilar básico de la financiación y la inversión. Permite el acceso al crédito tanto a particulares como a empresas y desempeña un papel crucial en la economía, contribuyendo al crecimiento y desarrollo al facilitar el consumo y la inversión. Sin embargo, su complejidad y el riesgo asociado a la obligación de reembolso requieren de una regulación detallada para proteger a las partes involucradas y asegurar la estabilidad del sistema financiero.