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Ratificación

¿Qué es y qué significa?

Descripción del término jurídico Ratificación:

La ratificación es un acto jurídico mediante el cual se confirma o se da validez a un acto previo que estaba pendiente de dicho consentimiento para ser completamente eficaz. En el sistema legal español, la ratificación puede ser exigida en diversas situaciones y tiene aplicabilidad en diferentes ramas del derecho. Por lo general, este proceso se asocia con la necesidad de aprobación por una parte secundaria o superior, ya sea una entidad, un organismo o incluso por otro país, en el caso de tratados internacionales.

Al hablar de contratos, especialmente aquellos que requieren un consentimiento especial debido a su naturaleza o a las características de las partes, la ratificación se convierte en un requisito necesario para la conclusión definitiva del acuerdo. En el ámbito de los actos jurídicos, un contrato previamente firmado por representantes puede necesitar la ratificación de la persona en nombre de la cual se ha actuado para adquirir plena validez.

Dentro del contexto del derecho internacional, la ratificación es el procedimiento por el cual un Estado verifica el consentimiento para estar vinculado por un tratado. Después de la firma de un tratado internacional, a menudo sigue un proceso en el cual los Estados participantes lo someten a ratificación, y es solo después de este acto que el tratado es considerado como definitivamente aceptado y vinculante para el Estado.

En el ámbito parlamentario, se habla de ratificación cuando las Cortes Generales o un parlamento autonómico dan su aprobación a un acto, normalmente proveniente del poder ejecutivo. Por ejemplo, los decretos-leyes del gobierno de España deben ser ratificados por el Congreso de los Diputados para que adquieran rango de ley y permanezcan vigentes.

Es importante subrayar que la ratificación tiene implicaciones jurídicas significativas, pues conlleva una manifestación de voluntad que otorga plena legitimidad y fuerza legal al acto previo. Además, puede implicar también la asunción de responsabilidades y compromisos derivados del acto que se ratifica.

Contexto jurídico en el que puede utilizarse el término Ratificación:

Un ejemplo claro de ratificación en el ámbito del derecho civil español se da en la situación de un contrato de compraventa. Supongamos que una persona actúa en nombre de otra sin tener poderes suficientes o una autorización clara para ello. El contrato firmado en esas circunstancias necesitará la ratificación de la persona representada para que sea plenamente válido. Si la ratificación no ocurre, puede darse el caso de que el contrato sea anulable, lo que generaría inseguridad jurídica para ambas partes y podría derivar en un litigio. La ratificación posterior por parte del representado sanaría el defecto inicial de capacidad o representación y haría que el contrato adquiriera efectos jurídicos plenos desde el momento de su celebración.

En el escenario internacional, podemos tomar como ejemplo la firma de un tratado. Tras las negociaciones entre diversos países y la firma del tratado por los representantes de estos, el documento se remite a los respectivos Estados para su ratificación. Esto puede requerir la aprobación de los parlamentos nacionales o la cumplimentación de otros procedimientos internos. Solo una vez ratificado el tratado por los Estados firmantes, este adquiere su plena eficacia y obligatoriedad en el ámbito internacional de acuerdo con el principio pacta sunt servanda, es decir, lo pactado obliga.

La ratificación es esencial en la seguridad jurídica del ordenamiento legal español, ya que garantiza la voluntad y consentimiento libre y informado en actos de relevancia jurídica, asegura la estabilidad de las relaciones contractuales y consolida la fuerza vinculante y el cumplimiento de los compromisos internacionales.

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