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Resolución contractual

¿Qué es y qué significa?

Descripción del término jurídico Resolución contractual:

La resolución contractual es un mecanismo jurídico por el cual se pone fin a las obligaciones establecidas en un contrato debido a incumplimientos graves por parte de uno de los contratantes. Este concepto está regulado en el Código Civil español y se contempla como una de las posibles consecuencias que puede sufrir una de las partes si no cumple con lo pactado.

Según el artículo 1124 del Código Civil español, la parte perjudicada por el incumplimiento puede optar por exigir el cumplimiento forzoso de lo acordado o solicitar la resolución del contrato, siempre que dicho incumplimiento sea esencial y suficientemente grave. Además, se deberá indemnizar a la parte perjudicada por los daños y perjuicios ocasionados.

Es importante señalar que no cualquier incumplimiento da lugar a una resolución contractual, sino que debe tratarse de un incumplimiento que afecte a la esencia del contrato, es decir, a su finalidad y a los intereses fundamentales que motivaron a las partes a contratar. Ante un incumplimiento de esta naturaleza, la resolución del contrato actúa como un remedio protector de la confianza y las expectativas legítimas de las partes.

La resolución contractual puede ser declarada judicialmente o por pacto entre las partes. Cuando se establece una cláusula resolutoria explícita en el contrato, la resolución se produce de pleno derecho cuando concurren las circunstancias que las partes han acordado como causantes de la misma.

En el proceso de resolución contractual, las prestaciones que se hubieran realizado deben ser restituidas. Es decir, las partes deben retrotraerse al momento anterior a la celebración del contrato, restituyendo las prestaciones recibidas en caso de que ello fuera posible y compensando económicamente en caso contrario.

Es relevante que las partes sean conscientes de los plazos para el ejercicio de la acción de resolución contractual, ya que su inacción podría ser interpretada como una aceptación tácita del incumplimiento y, por tanto, podría perder el derecho a solicitar la resolución del contrato.

Contexto jurídico en el que puede utilizarse el término Resolución contractual:

Imaginemos un caso en el que una empresa A contrata a la empresa B para la construcción de un edificio comercial con un plazo de entrega acordado y pactado en el contrato. La empresa B incumple el plazo sin tener una justificación aceptable, retrasando la entrega en varias ocasiones. La empresa A, perjudicada por este incumplimiento, podría acudir a la resolución contractual como medio para terminar el contrato y buscar compensación por los daños sufridos debido al retraso, que pueden incluir la pérdida de alquileres o la imposibilidad de usar el edificio para su propósito previsto.

Otro ejemplo podría ser un contrato de compraventa de bienes donde el vendedor se compromete a entregar una partida de mercancías en un plazo determinado. Si el vendedor incumple este plazo y las mercancías son esenciales para la actividad del comprador, como podría ser en el caso de productos perecederos o de temporada, el comprador podría solicitar la resolución del contrato por incumplimiento esencial, recuperando el precio pagado y exigiendo que se le indemnicen los daños y perjuicios derivados de no poder disponer de la mercancía en el tiempo acordado.

La resolución contractual es, pues, un instrumento jurídico fundamental en el ordenamiento jurídico español para proteger los derechos de las partes en un contrato. Permite asegurar que los acuerdos se cumplan de acuerdo con lo pactado y, cuando esto no ocurre, brinda un recurso para restablecer el equilibrio contractual y proporcionar justicia a la parte perjudicada.

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